El tiempo pasa y yo pensé que iba a ser más fácil... pero no, los problemas empiezan a aparecer, digamos que es algo que no me preocupa mucho, ya que últimamente me anda perturbando mi cabeza, ella no me deja en paz.
No puedo sacarte un minuto de mi mente, vuelvo a revivir cada uno de nuestros últimos momentos, inclusive las últimas visitas que te brindé y cuando la doctora nos contó la fatal noticia, ese maldito parte en ese viernes a las 13:30 hs.
Tengo muchísimo dolor que no logra irse y por momentos me quita la respiración. Cosas extrañas ya andan pasando acá, sin ir más lejos hoy te vi merodeando por la casa. Miro cada rincón y espero encontrar la sonrisa que dejaste en mi memoria. Mi inconsciente se hace a la idea de que en cualquier momento te volveré a ver, pero mi consciente me dice que no más, que por un largo tiempo no nos vamos a encontrar y en eso empiezo a perder la razón y el enojo me invade, la angustia entra en mí sin pedir permiso.
La impotencia gana porque por más que quiera ya no puedo hacer nada, ya no puedo entregar nada a cambio de que te quedes a mi lado.
Mi garganta tiene un nudo y por momentos siento marearme, a veces también te siento a mi alrededor...
¿Dónde estás realmente?
La luz de tu antigua habitación se prende y se apaga sola y no sé cómo reaccionar. ¿Sos vos?
¿Cómo hago, mi amor, para darte un último beso, un último abrazo? A veces me enojo con Dios porque ya no estás más acá y si bien tu presencia me acompaña no tengo tu materia para que comprenda mi amor.
Tantas charlas sobre el lastre que nos une a este mundo y aún sigo sin comprender cómo llevarlo a la práctica. Tantas veces intenté que ésto fuese mas fácil sentándome frente a vos y pidiéndote consejos, por momentos me parece estar viendo cómo me hablabas... No olvido tus gestos, tus sonrisas, tus bromas... y entre tantos recuerdos entro en crisis y ya no sé si ésto lo soñé o es real... Necesito encontrarme donde me perdí, volver a ser quien solía ser, antes de perderte.
No puedo sacarte un minuto de mi mente, vuelvo a revivir cada uno de nuestros últimos momentos, inclusive las últimas visitas que te brindé y cuando la doctora nos contó la fatal noticia, ese maldito parte en ese viernes a las 13:30 hs.
Tengo muchísimo dolor que no logra irse y por momentos me quita la respiración. Cosas extrañas ya andan pasando acá, sin ir más lejos hoy te vi merodeando por la casa. Miro cada rincón y espero encontrar la sonrisa que dejaste en mi memoria. Mi inconsciente se hace a la idea de que en cualquier momento te volveré a ver, pero mi consciente me dice que no más, que por un largo tiempo no nos vamos a encontrar y en eso empiezo a perder la razón y el enojo me invade, la angustia entra en mí sin pedir permiso.
La impotencia gana porque por más que quiera ya no puedo hacer nada, ya no puedo entregar nada a cambio de que te quedes a mi lado.
Mi garganta tiene un nudo y por momentos siento marearme, a veces también te siento a mi alrededor...
¿Dónde estás realmente?
La luz de tu antigua habitación se prende y se apaga sola y no sé cómo reaccionar. ¿Sos vos?
¿Cómo hago, mi amor, para darte un último beso, un último abrazo? A veces me enojo con Dios porque ya no estás más acá y si bien tu presencia me acompaña no tengo tu materia para que comprenda mi amor.
